La Cooperativa no agropecuaria La Esperanza trabaja con plásticos recuperados

La Habana, Cuba. – En un mundo signado por el deterioro ambiental, la reutilización de plásticos en la fabricación de muebles cobra valor, y con ese antecedente, una Cooperativa no agropecuaria confecciona mobiliario con resinas plásticas extraídas del medio ambiente.

La Esperanza, como se llama esa forma de gestión no estatal de Sancti Spíritus, sustrajo del entorno 148 toneladas de plástico en el pasado año, una cifra que, aunque parezca poca, dice mucho de una iniciativa engranada hace un año.

Elaboramos juegos de sala, camas y sillas con plásticos reciclados, dijo su presidente, Ernesto Suárez, quien destacó el valor añadido de cada mobiliario.

Comentó que el reto de la Cooperativa no agropecuaria La Esperanza se expande al querer crear estructuras plásticas para la agricultura; quizás retomando sus inicios, cuando, antes de muebles, elaboraban tuberías plásticas.