Luego de algunos meses, la partida parece que ha quedado en tablas, pero, ciertamente, ninguna de las partes se rinde pues algunos boteros continúan buscando mecanismos para evadir los controles de la Dirección de Transporte, que no han cesado.

Hoy, la Directora de Pasaje de la Dirección General de Transporte de La Habana, Maribel Poulot Bravo, y el jefe de Departamento de Inspección Estatal de la misma entidad Rafael Naranjo Moreno explican a Radio Reloj como ha transcurrido y se mantiene la disputa.

Lo más preocupante de sus respectivas explicaciones es la confirmación de que no hay tarifas para esa actividad que, en última instancia se rige por las leyes de la oferta y la demanda, lo que hace muy difícil el control con medidas administrativas.

Por una necesidad del país en los últimos años se han abierto las puertas al trabajo no estatal, pero en muchos casos las condiciones óptimas para ejercer la actividad no están creadas.

Ante la ausencia de tarifas, quedó al libre albedrío de los choferes poner precio a su servicio, ello generó que la población y los boteros llegaran a un Consenso por cansancio y obligación de un precio que oscila entre 10, 20 y 25 pesos, al menos en la jornada diurna. Ese consenso, sin basamento legal de ningún tipo, históricamente ha provocado disgustos en la población y sobre todo, afectaciones en el bolsillo.