En ocasiones se eligen para las mascotas nombres de personajes famosos. Foto: juventudrebelde

En ocasiones se eligen para las mascotas nombres de personajes famosos. Foto: juventudrebelde

La Habana, Cuba.- Dicen que a los animales domésticos deben ponérseles nombres cortos, sonoros y fáciles de recordar, tipo Nana, Tobi, o Mus. Muchas veces, la forma de llamar a los perros o a los gatos tiene que ver con su aspecto: Mancha o Sombra son clásicos; con su personalidad -Rebelde, Princesa-; o con su comportamiento -Tifón, Bandido.

En ocasiones se eligen nombres de personajes famosos de la historia, la literatura, el cine o la canción; así pues, hay perros llamados Trostky y perras que responden a Shakira. La perra del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti se nombraba La biche, así en francés.

El argentino Julio Cortázar tenía una gata también francesa, Flanelle, que andaba siempre escapada por los tejados y que a veces se accidentó en alguna caída. Y María Zambrano, que llegó a tener más de una veintena de gatos de todas las razas y pelajes, debía esforzarse para encontrar nombres para todos: Tigra, Blanquita, Rita, Lucía, Pelusa…

Nombres de todo tipo

Muy de gatos fue Edgar Allan Poe, que tuvo dos que se llamaban Cattarina y Plutón, y la escritora Colette, que siempre vivió rodeada de mininos, para los que elegía nombres rotundos y señoriales: Muscat, Cleopatra, Semíramis. Anton Chéjov vivió con una pareja de perros, a los que llamó Bromuro y Quinina.

Pero si hay un escritor amante de los animales ese fue Lord Byron, que convirtió sus casas en zoológicos con caballos, gatos, águilas, cuervos, halcones y hasta un mono.

El poeta inglés tuvo muchos perros, entre ellos un mastín suizo llamado Mutz, y un terranova de nombre Contramaestre, su favorito, al que enterró con todos los honores en las ruinas de una capilla de la abadía de Newstead, y para el que escribió el siguiente epitafio: «Cerca de este lugar yacen los restos de quien poseía belleza sin vanidad, fuerza sin insolencia, coraje sin ferocidad, y todas las virtudes del hombre sin sus vicios«.