El Cañonazo de las 9 constituye una importante tradición identitaria de La Habana, y se escucha como recordatorio de la necesidad que existía de salvaguardar la ciudad durante la época colonial.
Su sonido, símbolo de una ciudad expuesta a encrucijadas geográficas e históricas, surgió para señalar el momento de poner a los moradores tras la protección de las murallas, y se ha mantenido a través de los siglos como aviso del paso del tiempo.
El Cañonazo es un reflejo del pasado de la Isla, que ha perdurado a lo largo de más de 300 años en el imaginario popular como emblema de la ciudad de La Habana, y como parte de la memoria histórica de Cuba.
A este peculiar espectáculo acuden turistas de todo el mundo interesados en conocer las raíces de nuestro país.