Por: Dachely Almeida

Agosto inicia con una alerta roja. El día uno marcó no solamente el inicio del octavo mes sino también el momento en el que, de acuerdo con los expertos, la humanidad consumió todos los recursos naturales previstos para este año.

La fecha se ha inscrito como el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra y se refiere al momento en el que el planeta ha agotado el presupuesto ecológico.

Sería lo mismo decir que la demanda de recursos naturales superó lo que los ecosistemas pueden renovar en un año.

La mayor parte de la huella ecológica corresponde a las necesidades de alimentos, madera, fibras como algodón, o la construcción de infraestructuras. Esas necesidades se incrementan y los recursos disponibles se agotan; la diferencia es una deuda ecológica.

Deuda que cada vez es más notable en la pérdida de biodiversidad y de suelo fértil, y en la ocurrencia de violentos fenómenos meteorológicos.

Alerta global

El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra representa una medición que los expertos han venido estudiando desde la década de los 70.

Sin embargo, la fecha no se inscribe en un momento único del calendario. Por el contrario, cada año se adelanta cada vez más. Hace medio siglo, el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra se señaló en diciembre.

Para 1997 el septiembre ya marcaba el punto. Este año se ha corrido otros 2 meses. El agotamiento más temprano de los recursos naturales es un símbolo de la presión, sin precedentes, de las actividades humanas sobre el entorno natural.

Los especialistas calculan que, a este ritmo, necesitaríamos 1, 7 planetas como el nuestro para que la forma de vida fuese sostenible.

Así es como agosto nos enfrenta con uno de los grandes debates que desafía hoy a la humanidad y al que se debe encarar con urgencia.