Con el objetivo de  honrar al Libertador Simón Bolívar, José Martí pronunció un discurso que tuvo por sede la Sociedad Literaria Hispanoamericana, en la ciudad de Nueva York, el 28 de octubre de 1893.

La doctora Hortensia Pichardo calificó esa pieza oratoria como una de las más bellas que el prócer cubano pronunciara sobre el Libertador, lo que se demuestra cuando lo describe y dice: “Por sobre tachas y cargos, por sobre la pasión del elogio y la del denuesto, por sobre las flaquezas mismas, ápice negro en el plumón del cóndor, de aquel príncipe de la libertad, surge radioso el hombre verdadero”.

Del patriota sudamericano Simón Bolívar añadió el Apóstol: “Pensar en él, asomarse a su vida, leerle una arenga, verlo deshecho y jadeante en una carta de amores, es como sentirse orlado de oro el pensamiento.”

Hombre extraordinario

En otro momento del homenaje de recordación al héroe americano Simón Bolívar, realizado en la ciudad de Nueva York, en  1893, José Martí destaca: «En calma no se puede hablar de aquel que no vivió en ella; ¡de Bolívar se puede hablar con una montaña por tribuna, o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos libres en el puño y la tiranía descabezada a los pies!”.

En otra parte de sus palabras de reconocimiento al Libertador Simón Bolívar, José Martí señaló: “Hombre fue aquel en realidad extraordinario. Vivió como entre llamas, y lo era. Ama, y lo que dice es como florón de fuego (…) Pelea, y en lo más afligido del combate, cuando se le vuelven suplicantes todos los ojos, manda que le desensillen el caballo.

Escribe, y es como cuando en lo alto de una cordillera se coge y cierra de súbito la tormenta, y es bruma y lobreguez el valle todo”.

El gran caraqueño

Sirva este trabajo para rendir merecido homenaje de recordación a ese gigante de la  Historia Americana calificado como El Libertador, pues esa palabra encierra toda su grandeza.

Para eso tomamos algunos fragmentos del discurso del Héroe Nacional José Martí, pronunciado hace 125 años, en la Sociedad Literaria Hispanoamericana, de la ciudad de Nueva York.

El 17 de diciembre de 1830, se cumplió el aniversario 188  de lo que muchos califican como el largo reposo del Libertador, no su deceso.

De él también queda para la eternidad el nombre de Simón, José Antonio de la Santísima Trinidad, Bolívar, Palacios, Ponte y Blanco, que recibió junto a la pila bautismal, y el Apóstol cubano lo calificó como el gran caraqueño”.