Por: Gardenia Companioni

Quienes gustan desandar por las calles de La Habana Vieja en busca de la historia de Cuba, habrán de encontrar en la calle Oficios, entre Churruca y Muralla, la sede de la Antigua Cámara de Representantes.

Con un costo de un millón de pesos, la edificación fue transformada y embellecida gracias a la dirección constructiva de Emilio Herrera que la terminó en 1911.

Como órgano legislativo, la Antigua Cámara de Representantes y el Senado conformaron el Congreso de la República, disuelto al triunfo revolucionario.

En su interior encontramos hileras de escaleras que conducen a la entrada con un gran portón de exquisito decorado, donde el escudo de la Patria invita al interior del vestíbulo, con varias columnas y holl de doble puntal, lucernario, hemiciclo, salas de conferencia y biblioteca.

La Cámara de Representantes dio lugar al Capitolio

La ubicación de la Sede de la Cámara de Representantes y la falta de espacios exteriores para jardines, plazas y parqueo, dio lugar a que pronto se pensara en la construcción de una nueva sede, el Capitolio Nacional de Cuba.

Hoy, en el edificio de la Antigua Cámara de Representantes se encuentra el Consejo de la Administración del municipio La Habana Vieja, y en su exterior se ubica el Coche Ferroviario Mambí, utilizado por los presidentes para sus viajes por la Isla.

Muy cerca, atractivos culturales, recreativos y turísticos como el Restaurante Cafetería La Marina, los museos del Ron, la Casa de Alejandro de Humbolt, la Casa del Abanico, la Plaza de San Francisco de Asís y el Convento, la Galería Carmen Montilla, los hoteles Frailes, Armadores de Santander y Beltrán de Santa Cruz.