El Aedes aegypti puede volverse invulnerable a los insecticidas, si es expuesto a ellos de manera continua. Pero, difícilmente burla el ojo muy atento ni las acciones de higienización en el hogar, colectivos laborales y comunidades que le niegan el hospedaje.

La hembra de este ejemplar chupa sangre humana y transmite el dengue entre las personas. En su mes aproximado de vida pone de 150 a 400 huevos en los diferentes recipientes con agua que le facilitamos.

Alrededor de 10 días después las larvas que salen de los huevos se convierten en mosquitos, potenciales picadores de personas y sin duda agentes transmisores de enfermedades.

Es por eso que la guerra contra ese vector es sin tregua, si la hacemos correctamente no quedará mosquito ni descendiente que resista y nos contagie.

Acciones imprescindibles

De nosotros depende que el ciclo de vida del Aedes aegypti se interrumpa, y eso se logra con acciones efectivas, que de tan sencillas a veces las olvidamos.

Entre ellas está cambiar periódicamente el agua a floreros o sustituirla por arena humedecida, así como también despejar las canaletas y los desagües. Impedir la acumulación de agua en las uniones de varias hojas de una planta y en el interior de neumáticos, agujereándolos o enterrándolos.

Se debe vaciar a diario los platos colectores de las macetas, los bebedores de animales u otras vasijas que hayan contenido agua, además, debemos cepillar bien sus bordes para que las larvas no se adhieran a estos.

Hay que mantener boca abajo los recipientes en desuso y bien tapados los que utilizamos; y no lo olvide, la basura hay que desecharla siempre en los vertederos habilitados.