La influencia ejercida por Fernando Ortiz con una vasta obra de rescate de los valores auténticos de la cultura cubana, hace que Miguel Barnet se proponga ampliar una labor que se vio trunca con el fallecimiento de quien fuese conocido como el Tercer Descubridor de Cuba.

Con una  prolífera producción literaria, el escritor y etnólogo cubano recibió la condecoración de Doctor Honoris Causa por la Universidad José Martí de Latinoamérica, de Mérida.

Esa distinción fue entregada por el rector de esa casa de altos estudios, el doctor Jorge Cuéllar, quien encomió la vida y obra del autor de Biografía de un Cimarrón, uno de los libros cubanos más traducidos en el mundo.

Miguel Barnet siempre ha expresado su profunda admiración hacia Nicolás Guillén, a quien considera uno de los grandes de la literatura. Su fascinación por la poesía lo llevaron a escribir La piedra fina y el pavorreal.

Con mirada cubana

En los poemas de Miguel Barnet se perciben las preocupaciones concretas que animan sus estudios sobre el país, unidas a un lirismo que le permite la mirada cubana, dentro de una línea que puede considerarse característica de la expresión nacional.

Barnet se siente orgulloso de reconocerse como heredero del linaje modernista martiano en torno a los poetas cordiales, que componen versos sobre hechos de la vida cotidiana.

En Viendo mi vida pasar, el sujeto lírico participa y da testimonio del tiempo que le ha tocado vivir. Las experiencias como poeta, narrador y antropólogo le permitieron convertirse en un humanista revolucionario y en un ideólogo hábil para defender categorías emancipadoras.

En su poema Empujando un país, exhorta a los cubanos a trabajar por una Cuba más solidaria.

Gracias a la obra de Miguel Barnet conocemos que «Ser cubano es tener vocación de cubanía y universalidad«.

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