Con sobrada razón se afirma que la alimentación óptima para la primera infancia es la lactancia materna.

La Organización Mundial de la Salud aboga por su iniciación temprana, desde el mismo momento en que el bebé nace, ofreciéndosela de manera exclusiva durante 6 meses y, de forma complementaria, o sea, cuando se introducen otros alimentos, hasta los 2 años y más.

Tan vital resulta, que la entidad sanitaria asegura que la lactancia materna es una de las intervenciones prioritarias de supervivencia, y ejemplifica que un 13 por ciento de las muertes en niños menores de 5 años pueden ser evitadas si esa leche natural, propia de la especie humana, se administra de la forma descrita.

Ello garantiza la protección de la salud del pequeño en cualquier ambiente, incluidos los más riesgosos, como emergencias por catástrofes naturales o guerras.

Todo lo imprescindible

La importancia de la lactancia materna es tan trascendente que se asegura que esa práctica de alimentación infantil puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Muchos son los beneficios que aporta esa leche natural, sobre todo en la salud, pues cuando el bebé abre sus ojitos al mundo lo hace con un sistema inmunológico débil, susceptible a enfermedades.

En ese sentido, la leche materna aporta inmuno-globulinas que proveen al recién nacido de activa protección contra las dolencias.

Otras bondades de la lactancia materna es que proporciona al niño todos los nutrientes que necesita; es una fuente segura de alimentación pues está libre de gérmenes; y se encuentra inmediatamente disponible y con la temperatura adecuada.

Por otra parte, el bebé amamantado recibe el contacto físico, caricia, arrullo y calor maternos, que lo harán sentirse en ambiente agradable y seguro.

 Promover, apoyar

Estamos en el contexto de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se desarrolla del 1 al 7 de agosto, y con ella se conmemora la Declaración de Innocenti, formulada en 1990 por la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.

La finalidad de esta jornada, que se celebra en más de 120 países, es proteger, promover y respaldar la mejor y más segura forma de nutrición desde que el niño nace.

En la Semana Mundial de Lactancia Materna, Cuba se inserta con programas muy bien concebidos que fomentan esa práctica alimenticia en función de la salud de los niños, constatándose cada vez más adhesión de las madres a poner a disposición de sus hijos esa inmejorable fuente nutricia de que la naturaleza dotó a la mujer.