Flor de Loto, jubilada del oficio de maestra, más que sus propios achaques, desde Las Tunas lamenta la pérdida de valores que a algunos jóvenes afecta, que realmente es inversión de valores más que pérdida.

Al salir no se despiden ni saludan cuando entran; entran sin pedir permiso, salen tirando las puertas; a gritos se comunican, escandalizan cuando conversan.

Para ellos lo importante son cosas sin trascendencia, como el reguetón, la ropa, los zapatos y las fiestas. Piensan en las musarañas, como musarañas sueñan…

Estimada Flor de Loto, cada tiempo, cada época, tiene su expresión, su vida, su modo de ser, su esencia… No son los jóvenes todos como usted los representa. Ellos son como su tiempo, llenos de vigor y fuerza, conscientes de su futuro, y optimistas en su espera.