El deseo es pasajero; existe un enorme abismo entre amar y desear.

Muchacho, abre bien los ojos. Abre, niña, los oídos. ¡Abran alma y corazón! ¡Abran el sexto sentido! El deseo no es amor, ni la lujuria es cariño. El deseo es posesión como expresión de egoísmo.

Aquel que dice “te quiero” está pensando en sí mismo, pone su necesidad como límite y principio.

El deseo es pasajero; existe un enorme abismo entre amar y desear. Cuando el deseo es cumplido, se termina la pasión del que satisfecho ha sido.

Pero el amor es balance, armonía y equilibrio; es completar en el otro lo que yo busco y preciso, es un mutuo entendimiento, un intercambio recíproco.

El amor es plenitud entre el cuerpo y el espíritu. Si ignoras mis advertencias y sólo adviertes peligro, redobla tus precauciones usando preservativos.