La historia de La Habana está por escribir. Una ciudad privilegiada geográficamente tiene muchas cosas que contar.

Algún día los fragmentos dispersos de su existencia de 499 años se integrarán en un solo tratado que ha de ser, en verdad, apasionante.

Recuerda el escritor Joaquín G Santana que, al iniciarse la conquista de América por los españoles, Cuba era un territorio casi deshabitado.

100 años después de su descubrimiento, la isla apenas contaba con 20 mil habitantes y el 50 por ciento de ellos residía en La Habana.

Nuestra capital ocupa una parte relativamente discreta de la región occidental, en cuanto a extensión, pero cuenta con una población desproporcionada que excede los 2 millones, casi una quinta parte de los habitantes de la isla.

Curiosidades habaneras

En la década del 30 del siglo XIX, la capital cubana fue la primera en América Latina en aplicar el método del ingeniero escocés John Mac Adams a la pavimentación de sus avenidas.

A la concurrida calle de O´Reilly se le pavimentó en ese entonces con piedra picada trabada con arena y alquitrán o cemento aplicados a su superficie de desgaste.

Los adoquines que se utilizaron fueron adquiridos en Estados Unidos y en países escandinavos.

Pero, a pesar de sus aires de modernidad, La Habana seguía siendo la primera ciudad de una isla de muchas paradojas.

Todavía en esos años el dinero que circulaba en el país sólo se expresaba en monedas, y los primeros billetes cubanos no se imprimieron hasta mil 857, emitidos por el Banco Español de La Habana.

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