El origen de la guayabera es muy controvertido y diversas poblaciones de Cuba discuten su paternidad.

Lo único que polemiza es que originalmente era una pieza de ropa de uso solo en las áreas rurales por nuestro campesinado, el guajiro cubano.

Según la leyenda, en 1709 arribó a la villa de Sancti Spíritus, municipio Yayabo, un matrimonio conformado por los andaluces José Pérez Rodríguez y Encarnación Núñez García.

La pareja recibió una pieza de tela de lino o hilo que le llegó desde España y José pidió a Encarnación que le confeccionase camisas sueltas, de mangas largas, para usar por fuera del pantalón y con bolsillos grandes.

La mujer acometió el encargo y a los pocos meses aquellas camisas se popularizaron en la comarca y luego mundialmente.

La primitiva guayabera se extendió por las provincias, sin perder el cuño que le imprimieron los espirituanos.

Portadora de historia

Hoy la guayabera ha variado en estructura, materiales y colores. Las hay bordadas y deshilachadas, con más o menos alforzas y botones, pero continúa siendo elegante y fresca.

Desciende de la camisa, la prenda de vestir más antigua que se conoce: un tubo más o menos ancho con 4 aberturas. La camisa evolucionó y se confeccionó de algodón, de hilo y de seda.

Su nacimiento no es obra de una sola persona y todavía falta por determinar a partir de qué momento se convirtió en prenda elegante, fresca, blanca, muy bien almidonada y planchada, que se podía llevar sin corbata.

Portadora de historia y valores como ninguna otra prenda en Cuba, el uso de ese tipo de camisa se ha extendido tanto para ocasiones protocolares como informales por su combinación de elegancia y comodidad en el clima tropical que predomina casi todo el año en la Isla.

Etiquetas: -