En el espacio de hoy hablaremos acerca de una fruta deliciosa y refrescante: la piña. Su cualidad más importante es que resulta muy digestiva gracias a la bromelina, una enzima que ayuda a descomponer las proteínas.

Tal es su eficacia que el jugo fresco de piña podría sustituir al jugo gástrico. Por eso una rodaja constituye el mejor aperitivo, sobre todo cuando el estómago se halla fatigado o deteriorado y en casos de úlcera.

La piña aporta también vitaminas A, B y C, así como magnesio, calcio, fósforo, hierro, azufre, manganeso y yodo. Su composición mineral le confiere propiedades diuréticas y desintoxicantes que, junto con la ligereza en calorías, la hacen recomendable en los regímenes de las personas que necesitan perder peso. Con esta maravillosa fruta podemos elaborar muchísimas recetas. En el minuto próximo estaremos hablando sobre ello.

 La piña: aperitiva y digestiva

En el minuto anterior hablábamos de las propiedades de la piña, una de las frutas tropicales de mayor volumen de industrialización en diferentes conservas envasadas. Un dulce delicioso y fácil de hacer es piña en almíbar.

Escoja una fruta grande en buen estado. Pélela y córtela en ruedas. Elimínele el centro duro, de manera que ese espacio quede hueco. Póngalas en un recipiente con un litro de agua y cocínelas hasta que se ablanden.

Utilice una taza de esa agua y échele dos tazas de azúcar blanca, para elaborar un almíbar no muy espesa. Durante unos minutos cocinará las rodajas en esa almíbar. Si le gusta, puede añadirle canela en rama o una estrella de anís para lograr un sabor delicado y muy sabroso.

Le recomendamos no botar la cáscara cuando pele la piña, porque con ella puede hacer esa refrescante bebida fermentada que llamamos garapiña.