En Cuba, la inversión extranjera constituye factor activo y fundamental para el desarrollo y crecimiento económico.

Por esa razón, no podía ser diferente su inclusión en la nueva Carta Magna aprobada en diciembre último por la Asamblea Nacional del Poder Popular, y que el próximo domingo 24 de febrero tendrá en las urnas de esta Isla una jornada para ratificarla y hacerla aún más nuestra.

La ley de leyes, fruto de la construcción e inteligencia colectiva de un pueblo, establece que el Estado promueve y brinda garantías a la inversión extranjera, como elemento importante para el desarrollo económico del país.

Todo ello sobre la base de la protección y el uso racional de los recursos humanos y naturales, así como del respeto a la soberanía e independencia nacionales.

Coherencia estratégica

La nueva Constitución de la República, a tono con lo suscrito en la Conceptualización del Modelo Económico y los Lineamientos, delinea una sociedad más justa, soberana, socialista, democrática, próspera y sostenible.

En el caso de la inversión extranjera existe también una coherencia estratégica, pues Cuba demanda de capital comprometido anualmente para que crezca el Producto Interno Bruto y caminar así al desarrollo.

Ejecutar inversiones eficientes y alcanzar una estabilidad en el sector, si bien resulta un proceso paulatino, no significa que no sea, además, un imperativo.

Que esté contemplada su importancia en la Carta Magna constituye una garantía y reflejo fiel de las líneas de continuidad de un país. Otra razón más para asistir a las urnas y votar Sí el 24 de febrero.