El mejor amigo de Cuba. Fot: Tomada de Cubahora

Nacido en un humilde llano venezolano, pudo haber sido poeta o quizás pelotero. Sus andanzas de niño así lo señalaban. Sin embargo, sus dotes de profundo pensador y estratega revolucionario, su capacidad de convencer y poner en práctica avanzadas ideas, lo hicieron líder, pueblo, país.

Amante eterno de su patria, Hugo Rafael Chávez Frías hizo resurgir a Venezuela, reconocida por petróleo y dinero, pero olvidada por alimentación, salud, educación, cultura, empleo y vivienda. Latinoamérica y el Caribe lo conocieron uniendo voluntades y limando asperezas para recuperar el sueño de la integración regional.

Cuando en su última campaña electoral, consciente de que su plazo vital se vencía, convocaba a todos a sentirse Chávez, entregaba lo último que le quedaba: su propia identidad, para multiplicarse en cada hombre como fórmula de redención y fe en la victoria.

Chávez vive

Absorbido por el torbellino de la revolución de su llegada al poder, Chávez se instaló para siempre en el corazón de su pueblo y en el de la América toda, que lo recuerda en ocasión del cuarto aniversario de su siembra. SÍ, sembrado en los hombres y pueblos de buena voluntad, aunque poderes oligárquicos pretendan exiliarlo al olvido con crisis económica y sabotajes políticos.

La Revolución Bolivariana, continuada por el presidente Nicolás Maduro, lucha contra los ataques de la derecha para consolidar todo aquello que Chávez inició, concentrado en poner fin al modelo rentista, en diversificar la producción, garantizar los servicios básicos a los ciudadanos y crear un mejor ambiente de seguridad. La voz de Chávez se seguirá escuchando como diana que recuerda: socialismo es patria, es vida.