Al parecer, Frank y Josué País nacieron con madera de héroes. Ambos lo demostraron entregando sus vidas por amor a la Patria.

Josué País García nació el 28 de diciembre de 1937 en Santiago de Cuba y se destacó por su calidad humana y amor a la Patria.

Al igual Frank estaba muy influido por la educación materna, pues su padre había muerto cuando él contaba 2 años.

Su madre lo recordaba como un hijo cariñoso, a pesar de que ella siempre fue muy exigente con sus hijos: “Ellos cogían libros. Josué venía a veces:  “pero mamá, si fulanito sacó aprovechado”. ”Yo le respondía: no, yo quiero sobresaliente.

Y fueron alumnos eminentes”. Para la combatiente María Antonia Figueroa, Josué era todo coraje y pasión y así se proyectaba”.

El 30 de junio

La tarde del domingo 30 de junio de 1957, Santiago de Cuba volvió a vivir otra heroica jornada de rebeldía. La convocatoria a un denominado Mitin por la Paz, pálida demostración de apoyo al tirano y de negación a la existencia de Fidel, ya anclado en la Sierra, movilizó a las fuerzas del régimen.

El pandillero y asesino Rolando Masferrer encabezaba el show batistiano, previsto para el parque Céspedes.

La respuesta revolucionaria no se hizo esperar. Frank, jefe de Acción del Movimiento Veintiséis Julio en Oriente, trazó el plan que daría al traste con los propósitos de Masferrer.

Se colocaron petardos en las proximidades y debajo de la tribuna y salieron varios comandos con la misión de disolver la reunión. Uno de esos grupos estaba comandado por Josué País García.

Aguerrido combatiente

Josué País, Salvador Pascual Salcedo y Floro Vistel, sin explicarse lo sucedido, salieron a la calle, ocuparon un auto y luego de un recorrido fueron interceptados por la policía en la Calzada de Crombet  y abatidos por los esbirros que se enseñaron en sus cuerpos.

Josué, el más joven, contaba 19 años y era combatiente del 30 de noviembre de 1956.

En carta a Fidel, Frank escribió: “Fue nuestra Fernandina”. Antes había escrito sentidos versos a su hermano aplicable a sus compañeros de martirologio.

Josué se destacó como uno de los más aguerridos combatientes de la clandestinidad.

El sepelio de los jóvenes fue multitudinario. “Dejen el sarcófago abierto, para que Josué pueda ver a su pueblo que lo sigue”, clamó la madre.

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