Ni los peligros de una travesía azarosa, ni la inclemencia del tiempo, ni el desconcierto de los primeros momentos, ni el acecho del enemigo, pudieron desvirtuar en los expedicionarios el propósito de dar a la Patria la verdadera libertad.

Fidel Castro Ruz y sus hombres supieron recoger la semilla de rebeldía que sembraron los mambises del 68 y el 95, y más de medio siglo después, siguiendo el ejemplo de Maceo en Duaba y de Martí en Playitas, los expedicionarios del Granma emprendieron el camino de la Sierra Maestra, baluarte de la lucha guerrillera contra la tiranía.

Mientras, en Santiago de Cuba, Frank País, impuesto por un telegrama de la salida de los expedicionarios, decidió efectuar el levantamiento para apoyar el desembarco.

Desde Tuxpan hasta Las Coloradas

En la pequeña embarcación, Fidel con Juan Manuel Márquez y otros compañeros hicieron planes. El tiempo fue pasando. Por la radio del yate los hombres del Granma escucharon la noticia de las acciones del 30 de noviembre, en apoyo a su desembarco.

Desde Tuxpan hasta las Coloradas un objetivo los guiaba: liberar a Cuba. 82 hombres comprometidos con la patria llegaron finalmente a tierra firme. El rigor y la adversidad conformaron la recepción al naciente Ejército Rebelde.

En la madrugada del día 5 eran pocos los que podían dar un paso más. Debido a ello se ordenó un alto a la orilla de un cañaveral, cercano a un monte firme.

La mayoría del grupo durmió aquella noche. De pronto sonó un disparo y en diferencia de segundos, un huracán de balas los rodeó.

Signados por el Domingo

Como escribió Almeida en su libro ¡Atención! ¡Recuento!, con la salida del yate Granma de México para Cuba se materializaba la idea comenzada en el Moncada, detenida en el presidio, alimentada en el exilio y ahora puesta en práctica.

Tras una trabajosa marcha llegaron a tierra firme. Parece que sus vidas en los grandes hechos estuvieran signadas por el último día de la semana, recordaría Almeida.

“Este 2 de diciembre será inolvidable para nosotros. Saco la cuenta de los días de la semana que hemos demorado para llegar. ¡Hoy es domingo! Un domingo asaltamos el Moncada, un domingo también fue la salida del Presidio por la amnistía, el domingo pasado salimos de México y hoy domingo regresamos a Cuba”.

Los sucesos que se sucedieron después confieren al Granma el rango de un acontecimiento histórico.