cervantes y librosLa Habana, Cuba.- Una definición lo más exacta posible del vocablo acrónimo solicita el profesor Rodolfo Hernández Formoso, y puestos a complacerlo consultamos varios diccionarios.

De allí extrajimos el siguiente concepto: “Un acrónimo puede ser una sigla que se pronuncia como una palabra, y que por el uso acaba incorporándose al léxico habitual, como ha sucedido con la sigla LÁSER, formada con las iniciales de voces del inglés.

También puede ser un vocablo compuesto al unir partes de dos palabras, como ocurre por ejemplo con el término TELEMÁTICA, que procede de telecomunicación e informática, (que a su vez es acrónimo de información y automática). Ninguna de las fuentes consultadas limita el número de grafemas para formar acrónimos, y citan SIDA, OVNI y ONU….

Contrario de sí mismo

Por los auto-antónimos se interesa el habanero Ramón Enrique, quien recientemente oyó esa palabra que designa a aquellos vocablos que expresan sentidos contrapuestos a la vez.

Por ejemplo, la voz NIMIO puede referirse a algo que es muy prolijo, muy detallado, y a la vez aludir a lo que es insignificante; así, un informe nimio puede ser muy pormenorizado o carecer de relevancia.

El adjetivo lívido designa al que está amoratado y también al que está muy pálido.

Vea la diferencia entre las oraciones: “Andy Vázquez es un comediante gracioso” y “No te hagas el gracioso”.

El auto-antónimo recuerda aquel verso en que Francisco de Quevedo, definiendo el amor, nos dice que “en todo es contrario de sí mismo”.

Etiquetas: -