Un estudio liderado por la Universidad George Fox, en Oregón, Estados Unidos, muestra imágenes coloridas grabadas con una cámara térmica, las cuales revelan cómo los colibríes evitan recalentarse mientras mueven sus alas hasta 70 veces por segundo.

Señala la investigación que esto es posible porque las aves tienen unas llamadas «ventanas», o sea, menor densidad de plumas en las articulaciones de los hombros y las patas, y ello le permite la salida del calor alrededor de sus ojos.

En la medida que aumenta la intensidad del vuelo -que es mayor en el caso de los colibríes- la cantidad de calor generado aumenta, afirmó el jefe del estudio, el doctor Donald Powers.

Los expertos indagan si estos ágiles pájaros comedores de néctar podrían evitar el recalentamiento cuando aumenta la temperatura.

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