En los últimos años se ha detectado en todo el mundo y en Cuba un incremento de la incidencia de cánceres de piel.

Ello está estrechamente vinculado a las costumbres de exposición al Sol y a sus rayos ultravioletas, así como a la percepción social de que el bronceado es algo que embellece.

Por esto, es fundamental que conozcas los efectos nocivos de tales radiaciones y determines un cambio en tu estilo de vida. Una exposición prolongada al Sol puede producir efectos agudos y crónicos en la salud; las quemaduras son los daños más conocidos.

Pero, a largo plazo, aparece un envejecimiento prematuro de la piel como consecuencia de la degeneración de las células, del tejido fibroso y de los vasos sanguíneos.

Los efectos crónicos comprenden dos grandes problemas: los cánceres de piel y las cataratas.

La piel sana te rejuvenece

Cuidarse la piel es fundamental para tener una vida saludable, ya que en los últimos tiempos han aumentado las enfermedades en torno a ella.

El Sol provoca muchos daños, por lo que es necesario tener precauciones. Lo ideal es exponerse a él poco a poco, comenzar por un cuarto de hora y aumentar paulatinamente el tiempo, sin pasar de una hora y media al día.

Aunque tu epidermis esté habituada al Sol, no es recomendable tomarlo más de 10 minutos durante las horas centrales del día. En el tiempo de exposición es fundamental ingerir agua para evitar la deshidratación de los tejidos cutáneos.

En ningún caso, debes tomar el Sol sin una protección adecuada de acuerdo con tu tipo de piel. Si debes permanecer un tiempo prolongado, es indispensable que cubras la cabeza con una gorra o sombrero y protejas tus ojos con gafas oscuras, y evita las camas de bronceado.