Cuando hace cerca de 60 años la administración estadounidense de turno le impuso a Cuba el siniestro cerco financiero, comercial y económico, Estados Unidos y sus secuaces pensaron que sería el fin de este pequeño país.

Pero con lo que no contó Washington fue con la férrea voluntad de lucha y resistencia del pueblo cubano; encabezada por la inteligencia, liderazgo y visión estratégica de Fidel para sortear todo tipo de embestidas yanquis.

Cuba supo salir a flote y poco a poco el mundo fue reconociendo la injusta medida de la Casa Blanca contra la Isla.

Por eso la sala de los mármoles verdes, como también se le conoce a la sede de la ONU, ha visto como desde 1992, cada vez son más las naciones que votan contra esa genocida política, impuesta por el simple hecho de que Cuba, libre e independiente, eligió su propio camino.

La soberanía nacional no se toca

Para los cubanos es inaceptable la cuestión del cese del bloqueo a cambio de concesiones políticas que atenten contra la soberanía de nuestro país, fueron palabras del líder histórico de la Revolución en el Encuentro de Solidaridad con Cuba, en 1994, en La Habana.

Es absolutamente inaceptable, es indignante, es irritante, y, realmente, preferimos perecer a renunciar a nuestra soberanía, acotó entonces Fidel.

Esa posición de principios ha demostrado su valía, y permanecer firmes demuestra que el cerco de Estados Unidos fracasó en sus pretensiones de aislar a Cuba.

Las votaciones contra el bloqueo en Naciones Unidas lo demuestran, así como la actual Feria Internacional de La Habana, en la que participan más de 2 mil 500 empresarios y delegaciones oficiales de alto nivel.