Le proponemos una mermelada de tomate. Para ello, córtelos en trocitos y póngalos a cocinar. Luego páselos por un colador, mida la pulpa y añada igual cantidad de azúcar y unas gotas de limón.

Cocínela nuevamente hasta que espese. Muévala con una cuchara de madera, y cuando esté lista, viértala caliente en cristal. También podemos preparar casquitos de tomate.

Córtelos en cuatro partes, retire las semillas y cocínelos en almíbar con un trocito de cáscara de limón y unas gotas de zumo, sin revolver, hasta que el almíbar logre su punto. Se envasan calientes en cristal.

El fruto de la tomatera es rico en vitaminas A, C y de los grupos B y K, y en minerales como fósforo, hierro, calcio y magnesio, y también cobre, zinc, potasio y sodio, y licopeno, un bioflavonoide que, según estudios, ayuda a prevenir el cáncer de próstata.

Tomate y salud

El tomate es un buen antioxidante, defensor de las paredes celulares, nos limpia de toxinas y ayuda a adelgazar. Favorece los músculos, la piel y el sistema inmunológico; es antiinflamatorio, cicatrizante y diurético, y ayuda a evitar cardiopatías e hipertensión.

Con este fruto se preparan muchos platos, y acentúa el sabor de las pastas, el pescado y arroz amarillo.

Entre las recetas más comunes están las ensaladas de tomate con cebolla o con albahaca. Muy especial, el tomate relleno con cerdo en trocitos y mayonesa, o con huevos duros y  pimiento.

Los conquistadores lo llevaron a Europa en el siglo XVI, y triunfó en Italia, pero en Francia se cultivó mucho después, pues allí pensaban que era una indecencia comer manzana de amor, como lo llamaron, por considerarlo afrodisíaco.