La fidelidad, modestia y honradez, así como su proyección humanista identificaron a Camilo Cienfuegos Gorriarán, ese hombre de la Sierra y el Llano que desde su condición humilde devino uno de los más valiosos patriotas.
Como guerrillero son incontables las acciones en que participó, siempre con valentía y arrojo, pero unido a ello, lo distinguió una sencillez conmovedora. Fue la imagen del pueblo, como lo calificaría su amigo y hermano de luchas Ernesto Guevara.
Camilo Cienfuegos era hijo de una humilde familia de emigrantes españoles, quienes arroparon en él los más puros valores del ser humano y también los más hermosos ideales de justicia social y solidaridad.
A 87 años de su natalicio, las virtudes de Camilo se yerguen como paradigma para las actuales y futuras generaciones.