La Guanabacoa de Rita Montaner y Ernesto Lecuona fue también la villa de nacimiento de Ignacio Villa o Bola de Nieve, como lo bautizó La Única, aludiendo irónicamente a su color negro y a su cuerpo regordete.

Por reiterada casualidad, la vida de estas tres grandes figuras de nuestra música se entrelazaron en el quehacer artístico en sobresaliente aporte al pentagrama nacional.

Bola de Nieve nació el 11 de septiembre de 1911. Pianista y compositor, cultivó la canción afro con un sentido muy singular. Su peculiar acento y su estilo de cantar recitado sobre la música, lograron conquistar al público de Cuba y del mundo.

La magia de su encanto fascinó a exigentes auditorios.

Su mejor pasaporte

Bola de nieve empezó a estudiar música a los 8 años en el Conservatorio de Guanabacoa; luego fue perfeccionándola en otros centros capitalinos.

Por la década del 30 del pasado siglo matriculó magisterio, pero la música lo desvió de la pedagogía y, a cambio, le ofreció la popularidad.

Ignacio Villa se presentó en los principales escenarios internacionales, donde la magia de su carisma era su mejor pasaporte. Sus inicios como pianista fueron en un cine silente de su villa natal.

En 1933 viajó a México, acompañando al piano a Rita Montaner. El artista estaba catalogado como uno de los intérpretes cubanos de mayor oficio.

Bola de Nieve cultivó también las canciones de cuna y las de corte romántico.

Artista de carisma

Bola de Nieve mostró siempre una manera personalísima de interpretar la canción, muy cercana a la de los chansonnier franceses.

Autor de temas como Si me pudieras querer, Ay, amor y, Tú me has de querer, entre otras, cantaba acompañándose al piano. Su voz no poseía esa gran calidad técnica, pero su dicción, ritmo y expresión le hicieron un excelente y carismático intérprete.

Bola interpretaba sus canciones en distintos idiomas: español, catalán, portugués, inglés, francés e italiano.

La muerte lo sorprendió en Ciudad México, en 1971, en viaje hacia América del Sur, donde iba a presentarse. Su cadáver fue trasladado a Cuba y sepultado en su querida Guanabacoa.