José Martí, inspirador de la independencia de Cuba

La Habana, Cuba. – A partir de 1891 la labor de José Martí se intensificó. En su empeño por organizar a los emigrados y preparar la nueva guerra de independencia, recorrió buena parte de los Estados Unidos: Cayo Hueso, Nueva York, Tampa, Ocala. Filadelfia, Jacksonville, y otros puntos de esa geografía.

En su incansable peregrinar intercambió con los obreros de las fábricas de tabaco y de otras factorías; viajó, además por Dominicana, Haití, Jamaica y Costa Rica, donde se reunió con los patriotas, pronunció discursos, recaudó fondos y fue organizando la guerra que llamó necesaria.

Estaba consagrado a la gran obra revolucionaria y a la creación del Partido Revolucionario Cubano, del que fue elegido delegado por el voto unánime.

Empezando 1895 su actividad se acrecentó. La hora había llegado.

Destino histórico

La gesta del 95 devino continuidad histórica. Infelizmente, Estados Unidos emergió como nueva potencia, tras introducirse de manera oportunista en el conflicto hispano-cubano, con el objetivo de apoderarse de la isla para continuar expoliando sus riquezas.

El triunfo de las armas mambisas y la aspiración de lograr la independencia no resultó posible por aquella intromisión mediadora.

Con su gesto y con su guerra, Martí dejó para las actuales generaciones, un ejemplo imperecedero, pues forjó en nuestro pueblo una moral política e histórica que se enraizó en nuestra conciencia nacional.

Aquella guerra de Martí, como la iniciada por Céspedes en Yara, fue reverdecida por la Revolución, señalándonos inequívocamente el destino histórico de nuestra nación y completando la tarea empezada por el Apóstol hace 123 años.