Foto: Roberto Garaicoa

¿Qué hace falta para que las personas dejen de tirar papeles y latas a la calle, o poner la música a altos decibeles? ¿Medidas, leyes, campañas publicitarias? Eso ya lo tenemos…

Sin dudas, la basura es un gran problema que provoca infecciones y enfermedades de contaminación ambiental y de alimañas, además de constituir un problema de recolección y almacenamiento que cuesta mucho dinero.

Falta de educación y cultura provoca que las personas continúen tirando la basura en las calles que en temporada de lluvias se ocasionan inundaciones. Y es que arrojar desechos en las calles conlleva a que las alcantarillas se tapen y por lo tanto se generen encharcamientos.

La solución es sencilla: se trata de un asunto de civilidad, de preservar y mantener las ciudades en buenas condiciones.

Más allá de la responsabilidad social

Acostúmbrate a no tirar papeles ni latas de cerveza o refresco u otro tipo de residuo en la calle. Antes de arrojar algo, piénsalo, busca un cesto cerca y si no encuentras ninguno, guárdalo en algún bolsillo o en el bolso.

Cuando llegues a casa, lo podrás tirar directamente al cesto. Haz lo mismo cuando salgas de viaje, o de fiesta.

Si das el ejemplo, tus amigos y familiares te imitarán y así todos podrán colaborar para mantener nuestro planeta un poco más limpio. El hogar debe ser el primer lugar en el que se inicien las acciones para controlar el exceso de basura.

De igual forma que se educa a un niño en hábitos tan comunes como lavarse las manos antes de comer o después de ir al baño, se debe inculcar aquellas normas educativas encaminadas a reducir la contaminación del medioambiente.

Tan solo conciencia

Foto: Carlos Rafael

El colorido de la biodiversidad se agota a un paso cada vez más acelerado, y la gente sigue tirando papeles, desde la ventanilla del auto, o al transitar por la avenida.

Y así se siguen armando microvertederos en las esquinas… y las ciudades desbordan de ruido, churre y polvo, sin que nadie parezca notarlo.

No podemos hablar del cuidado del planeta como una asignatura pendiente, sino debemos hacer acciones personales que se reflejen en su mejoría.

Entre las medidas preventivas sobresale nunca tirar basura a la calle, sino depositarla en los cestos, y educar a la familia en la protección ambiental.

Cada pedazo de basura que no tiramos al suelo, los objetos que reciclamos, o el agua que ahorramos, son formas de preservar nuestro planeta Tierra.