Entre los muchos temas que en la actualidad son tributarios de atención se encuentran las drogas y su consumo, tanto por los trastornos físicos y psicológicos que ocasiona como por su repercusión social.

Sobre este tema, la Revista Semanal conversó con la psicóloga María Esther Ortiz Quesada, Presidenta de la Sección Conducta Adictiva de la Sociedad Cubana de Psicología.

Destaca que el concepto de drogas varía según el origen del autor, pero dado el interés que existe por la salud y el bienestar psicológico de la población, desde el punto de vista clínico, las drogas son consideradas como una sustancia que una vez introducida al organismo por cualquier vía (oral, intramuscular, sanguínea, respiratoria entre otras) produce cambios en el estado de ánimo, en los procesos cognitivos y en el comportamiento.

Consumo con total desconocimiento

En esta ocasión el tema que se abordará puede resultar novedoso para muchos, no para otros, pues se trata de las llamadas drogas de sumisión.

La psicóloga María Esther Ortiz Quesada expresa que esencialmente se trata de las mismas drogas que algunas personas consumen por propia decisión, pero se convierten en drogas de sumisión cuando son administradas a segundas personas, sin que en tal consumo exista voluntariedad por parte del consumidor.

Este acto convierte al consumidor en víctima y al suministrador en victimario, pues la intención del victimario es doblegar la voluntad de la víctima.

Afirma Ortiz Quesada que en tales situaciones emergen cuatro aspectos fundamentales: las características de la víctima, del victimario, de la droga y de las circunstancias.

Numerosas repercusiones

La víctima por sumisión química puede ser cualquier persona que despierte el interés del victimario para lograr diferentes objetivos que pueden variar desde el delito sexual, caracterizado por el abuso lascivo, la violación sexual, y también la pederastia. La sumisión por drogas puede ocasionar serios trastornos psicológicos posteriores -afirma  la psicóloga María Esther Ortiz Quesada-, pues durante la sumisión, la víctima puede ser objeto de abusos sexuales y físicos.

Subraya que el objetivo de la sumisión por drogas puede ser, además, el delito de tipo económico como estafas, o logro de firmas para determinados trámites. Para finalizar, destaca la psicóloga que el tema de las drogas de sumisión no es un tema para alarmarse, sino para estar alertas, por la posibilidad de convertirse en una víctima o de que cualquier otra persona sea sometida de esa manera.

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