Foto: Maykel Espinosa/ Juventud Rebelde

Han transcurrido 25 años desde que La Habana sirviera de capital al IV Foro de Sao Paulo y 28 de la primera cita de ese mecanismo surgido en Brasil para unir esfuerzos por el bien común de América Latina y el Caribe, frente a los retos que impuso para la izquierda el derrumbe del campo socialista y las consecuencias del neoliberalismo.

Ahora, nos convertimos otra vez en sede del evento, en un difícil contexto de ofensiva contrarrevolucionaria de la derecha contra los gobiernos progresistas.

Pero, no hay dudas, presente estará, desde La Habana, el reclamo por la unidad e integración. Y vigentes también las ideas del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y el ex-presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con un papel decisivo en el surgimiento de ese importante espacio de concertación.

La unidad, una necesidad impostergable

Dos ediciones del Foro de Sao Paulo albergó anteriormente La Habana. Por ello, no podía ser diferente cuando en julio del pasado año un fuerte aplauso selló la designación de nuestra capital como escenario de la actual cita.

Siempre que hay reuniones o encuentros en Cuba salimos con mucha más fuerza, alegría y determinación, afirmaba en aquel momento la Secretaria Ejecutiva del mecanismo de concertación, Mónica Valente.

Y es que la trayectoria, el ejemplo, el papel de Cuba, son verdades irrefutables. ¿Qué menos podemos hacer nosotros y qué menos puede hacer la izquierda de América Latina que crear una conciencia en favor de la unidad?, diría Fidel.

Con esa máxima La Habana acoge el XXIV Foro de Sao Paulo, pues esencial es la unidad para que los pueblos de América Latina y el Caribe puedan construir un futuro con justicia y solidaridad.