Los seres humanos, los animales, las plantas, en fin, toda la vida en la Tierra está sujeta a la existencia de un vital recurso: el agua.

Sin embargo, hoy se habla de una “crisis mundial del agua”, pues a pesar de que ese preciado elemento se encuentra en la naturaleza en cantidades enormes que sobrepasan el trillón y medio de toneladas, también está sometido a grandes presiones.

Se trata de un recurso limitado, que se agota, más cuando la población crece en el orbe, lo cual significa su mayor uso, mientras las fuentes del imprescindible líquido están siendo contaminadas por la propia actividad humana.

El impacto sobre esas reservas hídricas pone al desnudo la fragilidad y posible extinción de tal recurso en que, como afirmamos, descansa la vida.

Preocupante fenómeno

La escasez de agua no sólo es un fenómeno preocupante en el mundo de hoy, donde se estima que más de mil 500 millones de personas, en más de 80 países, no cuentan con ese recurso de forma suficiente.

Más alarmante aun es la contaminación de ese compuesto químico incoloro, inodoro e insípido, lo cual se ha convertido en uno de los problemas ambientales más graves de la actualidad.

Tal es así que cada año mueren más de 10 millones de personas en el mundo por consumir agua contaminada, situación que es particularmente agresiva en las naciones pobres. En esos países la contaminación del agua es responsable del ochenta por ciento de las enfermedades y allí casi 5 millones de personas fallecen anualmente por esa causa.

Grave problema

La contaminación del agua por petróleo es hoy un grave problema ambiental. Los cálculos indican que cada millón de toneladas de crudo embarcada se arroja una al mar.

Una vez producidos dichos vertidos es casi imposible eliminarlos por completo y el mencionado combustible queda sobre el agua, contaminando la vida marina y las costas.

Las descargas accidentales y a gran escala forman mareas negras letales devastando los ecosistemas, especialmente de arrecifes coralinos.

Muchos son los ejemplos de tales agresiones, baste citar que durante el conflicto Irán-Irak, en 1983, y la Guerra del Golfo, en el 91, se liberaron hasta 8 millones de barriles de crudo en el mar, lo cual produjo enormes daños en la zona, sobre todo en la vida marina.

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