Conocido por el nombre común de sábila, el Aloe barbadénsis es una hierba perenne, carente de tallos, y con hojas de roseta de bordes dentados. Planta suculenta –que presenta estructura carnosa y tejidos especializados en almacenar agua-, exhibe flores tubulares de color amarillo, agrupadas en espigas.

La conocida sábila o aloe está distribuida por toda Cuba, tanto en estado natural como en cultivos privados, éstos últimos debido a sus propiedades ornamentales y medicinales.

Soporta terrenos pobres y pedregosos, requiere sol directo, escaso suministro de agua y se puede propagar mediante hijos que nacen alrededor de la planta madre.

El jugo de aloe contiene resinas y otras sustancias químicas, entre las que se encuentra la aloína.

Propiedades medicinales de la sábila

El jugo que se extrae de las hojas del aloe o sábila, conocido como acíbar, estimula la secreción biliar en pequeñas cantidades, aunque en proporciones considerables tiene efectos purgantes.

Preparado con el jugo de las hojas, el jarabe de aloe es de gran eficacia contra los catarros, alivia la tos y descongestiona el pecho.

La planta posee, además, propiedades cicatrizantes aplicada a úlceras, heridas y quemaduras de poca gravedad, y se puede utilizar para combatir las dolorosas aftas bucales.

Como champú, el aloe hidrata el cabello, evita el ataque de bacterias y la caspa, y sirve como acondicionador, pues su composición, semejante a la queratina, hace más flexible el pelo.