Los nevos o lunares también tienen su lado negativo, y pueden llegar a sufrir complicaciones por foliculitis y traumatismos locales. De esta manera, clínicamente aparecen aumentados de tamaño, asimétricos, con cambios de color, costras, picazón, ulceración, sangrado, dolor y pigmentaciones satélites.

Las personas con este tipo de síntomas son propensas a desarrollar melanomas malignos. Para vigilar este tipo de afectaciones en la piel es recomendable que la persona realice periódicamente un autoexamen, empleando la regla conocida como el ABCD de los lunares.

Con ello podrá evaluar la asimetría, los bordes, el color y el diámetro de la lesión en cuestión. Ante la presencia de algunas de estas características, se recomienda acudir inmediatamente a un dermatólogo para una correcta evaluación y su posible tratamiento.

Sus características

Los lunares aparecen en cualquier momento, pues pueden surgir desde el nacimiento o en los primeros años de vida, aunque aumentan en número y forma durante las dos o tres décadas siguientes.

Con el tiempo tienden a aplanarse y desvanecerse, hasta desaparecer cuando se rebasan los 60 años de edad. Se les localiza en muchos lugares como en el tronco, extremidades, palmas de las manos, labios, interior de la boca, parte blanca de los ojos y hasta en los genitales.

Tienen diferentes formas: manchas oscuras, abultados de color café, negro, marrón o de igual color a la piel, y los denominados léntigos, que son lunares diminutos, planos, y cuyo color varía desde el carmelita hasta el negro.  También existe el nevo pigmentado congénito o gigante, poco frecuente y generalmente ubicado en el tronco, y se caracteriza por una gran mancha de color oscuro provista de pelos.

Lunares: esas manchitas en la piel

Para algunas personas los lunares son manchas que adornan, deslucen y hasta resultan dañinas a su salud. Para otras, son elementos místicos cuya gama de significados contienen, según su ubicación, cantidad, tamaño, forma o color, las características y futuro de cada ser humano.

La ciencia tienes otros criterios. Los nevos pigmentados o nevos melano-cíticos, como se llaman científicamente los lunares, son formaciones benignas únicas o múltiples que contienen células provistas de coloración, localizadas en las capas más superficiales de la piel,  según se explica en la sección “Consulta médica”, de José Antonio de la Osa, periodista de Granma.

Se agrega que las células generadoras del pigmento de la piel -los melanocitos- proceden de una estructura embrionaria que, una vez formadas, emigran a la epidermis y crean acumulaciones de células névicas dispuestas en nidos, que a la postre forman los lunares.

Desmintiendo creencias

Ciertas creencias populares conciben como malignos a los lunares con pelos, pero esta es una característica más de los nevos, la cual no guarda relación con su benignidad o malignidad, sino que simplemente unos tienen pelos y otros no.

La otra creencia es la referida al roce constante a que están expuestos los lunares ubicados en las palmas de las manos y las plantas de los pies, lo cual llega a convertirlos en malignos. Es una teoría equivocada, ya que estos se autoexaminan y controlan como cualquier otro lunar en otras partes del cuerpo.

También están exentas de peligro dos preocupaciones fundamentales, relacionadas con la estética de la persona, como son el afeitado o depilación y el maquillaje sobre estas lesiones pigmentadas de la piel, que en ocasiones pueden resultar desagradables a la vista.

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