En una población como la de Cuba es imprescindible que los jóvenes sepan qué es la Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles. Por ello traemos a la Revista Semanal ese importante hecho, ocurrido del 22 al 28 de octubre, hace 55 años.
En esos días, el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear y vivimos pendientes de una negociación, en la que triunfaron la inteligencia y la paz. En una edición extra, el diario «Revolución» reflejaba en titulares de primera plana: «¡Alarma de Combate!» Luego añadía: “La nación en pie de guerra, ordena el Primer Ministro Fidel Castro, ante el peligro de la agresión dispuesta por Kennedy”.
El 28 de octubre, la crisis comenzó a distenderse, pues el pueblo respaldó al gobierno revolucionario y a Fidel.
Estados Unidos quería apoderarse de Cuba
Poco después del triunfo revolucionario de enero del 59, Ike Eisenhower terminó su período presidencial y asumió el mando John F. Kennedy, quien inició la agresión a Cuba. Su punto culminante ocurrió en abril de 1961, con la invasión de los mercenarios por Playa Girón.
En el verano del año siguiente, la antigua Unión Soviética propuso a Cuba instalar armas nucleares en su territorio, para tratar así de evitar un ataque del país norteño a la Isla.
Ante eso, el mandatario estadounidense anunció el bloqueo naval contra Cuba que inició la Crisis de Octubre y entonces ordenó la movilización de miles de hombres, portaviones y otras poderosas armas hacia la Florida, que en caso de ocurrir, hubiera podido traer consecuencias nefastas para el mundo. .
Un momento internacional muy tenso
El Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro calificó la Crisis de Octubre como un momento internacional muy tenso, que “se hizo efectivo el 24 de octubre a partir de las DOS de la tarde”.
Destacó que “teníamos más de 270 mil hombres dispuestos a defender el suelo de la patria y la Revolución”. Cuando se cumplen 55 años de la Crisis de Octubre, hay que significar que el mundo estuvo al borde del holocausto y el valor de nuestro pueblo se puso de manifiesto.
Los cubanos de entonces estuvieron dispuestos a defender la Patria y la Revolución a cualquier precio. Hoy aquellas jornadas se recuerdan como “los días luminosos y tristes”, tal como con los calificó el Che en su carta de despedida a Fidel.