El huracán Irma sacó de su silencio en Arroyo Arenas a la oyente capitalina Ana María Robaina, quien se refiere a la confusión de algunos comunicadores acerca de los vocablos devastar y desbastar.

El primero de esos verbos es sinónimo de arrasar, destruir, asolar, arruinar, como hicieron los vientos huracanados: y desbastar es retirar las bastas o puntadas provisionales que se hacen en un tejido para fijar la tela, y también significa quitar lo tosco de una superficie…

Insiste Ana María en que aún se confunden los vocablos errático y erróneo, que  no son sinónimos. erróneo es lo que está equivocado, lo que está mal, lo que contiene error, pero errático es lo que anda errante, vagabundo, sin rumbo fijo, como anduvo el ciclón Flora en su destructivo paso por el oriente cubano.

Parónimos de huracanes

A la relación de sus ciclónicos gazapos añade la oyente Ana María Robaina el intercambio entre los parónimos inminente y eminente.

Inminente es lo que está próximo a suceder, como el paso previsto de un ciclón por un área determinada cuando está a punto de ocurrir; pero eminente es lo que sobresale, lo que es alto, elevado, superior, distinguido o prominente: una personalidad eminente, un lugar eminente en la Historia y la sociedad.

También está el adjetivo inmanente, de carácter filosófico, que se refiere a  aquello que es propio de un ser, que es inherente o inseparable de él; por ejemplo, la curiosidad es inmanente a Ana María.