La Habana, Cuba.- Preocupada por su léxico culinario, Danai Martínez, de La Habana, pregunta cómo se conjuga el verbo irregular cernir, que significa separar de una materia reducida a polvo las partes gruesas de las más pulverizadas.

Ese vocablo es sinónimo de cerner, cribar, colar, tamizar… y se conjuga como discernir. Así que puede usted afirmar: Yo cierno la harina, tú ciernes el cemento, él cierne la arena; yo cerniré, tú cerniste, él cernió.

Cernidero, el implemento con que se cierne,  es también conocido como criba, cribador, colador, cedazo, tamiz.

En Cuba empleamos el guayo, (el mismo que compró la Catalina del son), tanto para rallar (o sea, pulverizar) como para cernir, y hasta para armar un guateque.

El guayo de Catalina

El vocablo guayo (ese implemento de cocina que sirve para pulverizar el pan o la yuca) rima con rayo (la descarga eléctrica intensa que precede o acompaña a la tormenta), y ambos –guayo y rayo?  se escriben con Y.

Pero, con el guayo se ralla, o sea: se frota el pan o la yuca contra el rallador a fin de desmenuzarlos, y la acción de rallar se escribe con LL.

En cuanto a cernir (o cerner), recuerde que también se refiere a la llovizna fina, menuda, sutil que suele acompañar al invierno, y en este caso, por tratarse de un verbo impersonal, sólo se conjuga en la tercera persona del singular: ahora cierne sobre La Habana, anoche cernía en la carretera, hoy está cerniendo.

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