Alaska es el territorio de Estados Unidos más ubicado al norte

La Habana, Cuba. – Hace 150 años atrás, el mapa político del mundo cambió de manera inesperada. El territorio de Alaska, perteneciente a la Rusia imperial, fue comprado por Estados Unidos por apenas 7,2 millones de dólares, una cifra inauditamente barata para la adquisición del que es hoy el más extenso Estado de la Unión.

Lo que al principio se consideró como una loca estrategia, por parecer que Alaska era solo una inmensidad desolada sin mayor utilidad económica, resultó convertirse en uno de los más grandes negocios de la historia.

El vasto territorio abarca enormes depósitos de recursos naturales, entre ellos oro y petróleo, siendo así una poderosa economía.

Con poco menos de un millón de habitantes y un Producto Interno Bruto que llega a los 44 mil millones de dólares anuales, se calcula que cada año Alaska produce más de 400 veces lo que Rusia obtuvo al venderlo.

Mucho más que hielo

La compra de Alaska añadió cerca de 150 millones de hectáreas de tierra a Estados Unidos. Pero uno de los beneficios más importantes de la compra de ese terreno ha sido sin dudas su ubicación geográfica cercana a los márgenes del gigante euroasiático.

Desde la perspectiva estratégica, al comenzar la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en 1945,  Alaska sirvió como invaluable puesto de avanzada militar que pondría a las tropas radares y aviones estadounidenses a las puertas del territorio ruso.

Ello fue otra razón para pensar que Estados Unidos había completado uno de los negocios más grande de todos los tiempos.

Resulta que conseguió un aumento gigantesco de su territorio por sumas irrisorias a potencias que en ese momento no pudieron prever la expansión política y económica que el país tendría apenas décadas después.

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