Retrato de Antonio Iznaga (El Jilguerito). Usamos esta como la foto del Eloriundo de Jobabo para mantener el anonimato.

Quiso el programa Enfoque descubrir ante los oyentes las motivaciones de Eloriundo de Jobabo y le extendió un cuestionario que, para comenzar, indagaba sobre los antecedentes en la prensa cubana del tipo de crítica que ejerce el jobabero.

Siempre fue el humor en Cuba un arma y una herramienta. Desde el siglo diecinueve nuestra sátira anda suelta en sainetes y epigramas:  NO olvides el Villanueva  que, incluso, en Versos Sencillos  José Martí nos recuerda. Siempre ha habido periodistas que, sin pelos en la lengua, dijeron en prosa y verso sus verdades y condenas.

¿Desde cuándo la Lacónica Crónica se asentó en las páginas radiales de Radio Reloj? Por qué crees que tiene tanta aceptación entre el pueblo?, ¿Cómo seleccionas los temas?, son otras  preguntas a las que respondió Eloriundo de Jobabo.

Su criterio, su vergüenza

“Al fin del siglo pasado, al mediar de los 90, me calcé como Eloriundo para salir a la escena, y desde el mismo principio la crítica fue mi lema. Al  inicio me valía de la décima espinela, pero el romance es más libre, su estructura es más abierta, con pocas limitaciones en la rima y en la métrica,” explicó a Enfoque El oriundo de Jobabo.

Y para  abundar en por qué prefiere la ironía para ejercer un periodismo fustigador, que ayude a mejorar a la sociedad en los más diversos ámbitos, agregó:   “Suponen los infractores que nadie atención le presta al que dice como en broma las críticas y las quejas: ignoran que es más hiriente la sátira picaresca, que el pueblo aplaude con gusto la simpática agudeza, y cuando un cubano ríe, más profunda se le queda la opinión que reproduce su criterio y su vergüenza.”

Una voz autorizada

Por último, Enfoque quiso conocer el criterio de Eloriundo de Jobabo sobre ¿qué le falta al periodismo que practica Reloj? “Sin duda, mayor cultura académica y política. Eso le dará la fuerza, el arma y la valentía para exponer sus criterios sobre bases objetivas, y enfrentar la burocracia que pueda caerle encima, aunque los papeles se desprendan de algún piso de allá arriba.

Acerca de lo que para él representa esta emisora, el jobabero indicó: “Dicen que Radio Reloj es la escuela de la radio. Yo también aprendí aquí a ser mejor ciudadano, un trabajador sin límite, un redactor más formado, un periodista que alienta -con el optimismo en alto- a trabajar más por Cuba y por todos los cubanos. Así cumplo la promesa que hice a mis antepasados aquel tan lejano día en que salí de Jobabo, cuando era apenas un fiñe, un guajirito, un chamaco.