El calor intenso de los meses de julio y agosto y un poco más allá, identifican el período de verano, que coincide con la etapa de vacaciones de buena parte de las familias en Cuba.

Esta temporada, considerada como baja para el arribo de turistas extranjeros, es para los habitantes de la Isla momento para visitar playas, ríos y piscinas que hagan mitigar un poco el calor del sol y la elevada humedad relativa.

Es también tiempo propicio para compartir con compañeros de escuela, amigos, familiares e igualmente con personas desconocidas, pero afines por edades, gustos o preferencias, y por ser coterráneos o compatriotas que se juntan en un mismo sitio para un propósito común: disfrutar de forma sana a Cuba y sus maravillas naturales y sociales, donde sobresale como principal encanto la seguridad en calles e instalaciones.

El barrio y la casa

Sin lugar a dudas, el verano se asocia con diversión, paseos y deportes al aire libre, pero también con estancias tranquilas en la casa, donde la televisión siempre reserva propuestas variadas y para todas las edades.

Pasarla frente al ventilador, saboreando algún refrigerio o dormir la siesta son opciones que muchos prefieren en las vacaciones de verano, pues se sabe que el transporte es limitado en capacidades y viajes.

Igualmente en las comunidades, durante esta etapa de calor, se organiza alguna que otra actividad recreativa y cultural que invita a juntarse con los vecinos, charlar un rato o estar en la zona Wifi en contacto con amigos y familiares para compartir la satisfacción de vivir en una isla donde los recursos materiales no sobran, pero sí es muy rica por su gente y proyecto social.