Con la utilización de más de 120 biodigestores, Matanzas se destaca por el empleo de esas plantas con el uso del estiércol animal y desperdicios de las cosechas en la obtención de biogás y fertilizantes.
Cerca de 250 de esas instalaciones funcionan en el país y la mayor cantidad se concentran en el territorio yumurino, donde aplican esa mezcla de gases a partir de la descomposición sin oxígeno de los residuos orgánicos.
En el proceso de obtención de biogás a partir de las bacterias se libera una mezcla de gases formada por metano – como principal componente-, dióxido de carbono, hidrógeno, nitrógeno y ácido sulfhídrico, que se aprovechan para diversos usos.
Ese combustible económico y renovable se utiliza en los vehículos de motor para mezclar con el gas del alumbrado y otros usos industriales y como un fertilizante de gran aceptación.