La Habana, Cuba. – Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así: batalla, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla.

Así aseveró el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, hace hoy 55 años, cuando se hacía realidad su promesa de convertir a Cuba en territorio libre de ese flagelo.

Fue el nuestro el primer país de América Latina en lograrlo, y lo hizo en solo un año.

En una gran campaña, más de 250 mil alfabetizadores se trasladaron incluso a las más apartadas zonas, a enseñar a leer y escribir.

Jóvenes y obreros se convirtieron en maestros, y candil y cartilla en mano llegaron hasta los más humildes. Y en medio de la creciente hostilidad del enemigo, en un 1961 marcado por la invasión mercenaria de Playa Girón, tuvo lugar la proeza de la alfabetización.

A los que siembran la mente

La Campaña de Alfabetización trazó pautas en el continente y llenó de prestigio a la Cuba de Fidel.

Fue una historia escrita por los hombres y mujeres humildes de nuestra Patria, afirmó el Comandante en Jefe, quien demostró, junto a su pueblo, que una revolución verdadera era capaz de convertir lo imposible en posible.

Fue el 22 de diciembre el escogido entonces para celebrar el Día del Educador, en homenaje a aquella gloriosa gesta, a los jóvenes que vivieron para contarlo y a los que murieron enseñando.

El año 1961 nos libró definitivamente del analfabetismo, y del pasado, los cubanos despertaron en el porvenir.

Y qué decir, como los versos del poeta Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, de esa Cuba floreciente / de ese barbudo de Oriente/, que desde el llano a la Sierra / me deja sembrar la tierra/ ¡y hasta me siembra la mente!”.