Seguro que usted se ha dado cuenta de que el redoblado ataque contra Venezuela coincidió con el intento de apretar el bloqueo a Cuba. Está usted claro, no es una casualidad.

Es la evidencia del secuestro de la política de Estados Unidos hacia América Latina por parte de un puñado de desalmados. Los congresistas Marco Rubio, Bob Menéndez y Mario Díaz Balart son la punta de lanza en el campo legislativo.

A ellos se suman en la Administración el asesor del Consejo de Seguridad Nacional, John Bolton y el funcionario de ese mismo aparato, Mauricio Claver-Carone. Como se ve son una pandillita que no alcanza ni a armar un equipo de pelota, pero ¡como chivan!

Y lo peor de todo es que Trump les hace caso y los respalda en su cruzada latinoamericana. Ellos han sido quienes han desenterrado la Doctrina Monroe en la política exterior norteamericana.

 

Apuntar a Cuba

No solo la Helms-Burton renació en coincidencia con los apagones provocados en Venezuela. También apareció un proyecto legislativo que busca prohibir en Estados Unidos el reconocimiento de marcas comerciales cubanas supuestamente vinculadas con propiedades nacionalizadas después del triunfo de la Revolución.

Y en Caracas, haciéndoles el juego a los yanquis, un desvergonzado brama contra Cuba, contra Maduro y contra todo lo que huela a chavismo y hasta pide una intervención militar.

Es la misma estrategia: atacar a Venezuela, mientras se apunta a Cuba. Es una carambola alineada con el reciente anuncio a bombo y platillo por Trump, nada menos que en Miami, de que los días del socialismo y el comunismo están contados. Pero parece que por allá no saben contar.