El control del Congreso dividido entre republicanos y demócratas, niveles récord de participación, y más mujeres y candidatos de minorías escogidos para cargos públicos fueron resultados distintivos de las elecciones estadounidenses de medio término.

El principal desenlace de los comicios realizados el 6 de noviembre fue que los demócratas lograron su objetivo de hacerse con la mayoría en la Cámara de Representantes.

Por primera vez desde el inicio de su administración, el presidente Donald Trump deberá lidiar con un Capitolio que no estará completamente bajo el dominio del partido republicano.

Los resultados de tales elecciones, sin embargo no pueden verse enteramente como una victoria para los demócratas, por tratarse de un proceso que tuvo desenlaces positivos y negativos para ambas partes, como otro reflejo de la creciente división de la sociedad estadounidense bajo la administración Trump.