Con ingresos estimados hoy en miles de millones de dólares, las grandes cadenas de televisión son las principales ganadoras de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Según el portal The Hill, el disgusto que provocan tanto la candidata demócrata Hillary Clinton como el republicano Donald Trump, le ha dado material de primera a los grandes medios, cuya cobertura semeja una culebra mala pero entretenida.

Sin embargo, tal seguimiento informativo es tan repudiado como los aspirantes a la Casa Blanca, pues según un sondeo conjunto del Wall Street Journal y la EBC, apenas el 19 por ciento de los adultos estadounidenses aprueban la cobertura.

Además, solo un tercio de los ciudadanos cree en la prensa, de acuerdo con una encuesta realizada en septiembre pasado, caída que se contrapone a un alza en los índices de audiencia y en las ganancias.