Trump podría llevar a Estados Unidos a una guerra con Venezuela

La Habana, Cuba. – Es evidente que la administración de Donald Trump está desesperada por anotarse algún triunfo geoestratégico que demuestre al gran público que el manido lema de “los Estados Unidos primero” es más que una bravuconada de ocasión.

Solo que las cosas van mal para el inquilino de la Oficina Oval y aquellos facinerosos a los que entregó en bandeja la conducción de la política externa.

Los analistas coinciden en afirmar que la más reciente arremetida contra Venezuela se inscribe en esa angustia existencial del hegemonismo gringo.

En Siria, por ejemplo, no logró deponer al gobierno de Bashar el Assad, quien contó con la colaboración de Rusia, Irán y el Hizbolá libanés, los que mostraron un apoyo militar consecuente y esencial a Damasco en la derrota de la conspiración y la guerra imperial-terrorista en su contra.

 Elefante en la cristalería

Donald Trump tampoco pudo cumplir sus designios contra la República Popular Democrática de Corea, otro hueso duro que debe ser tomado en cuenta al punto de programar reuniones cumbres con su líder Kim Jong-un.

Venezuela, por tanto, sería el otro escenario donde se aspira a una victoria geopolítica que, sin embargo, ha encontrado una resistencia tenaz de las presumibles víctimas y de buena parte del mundo.

Lo cierto es que en Venezuela ni el gobierno, ni el pueblo, ni las fuerzas armadas bolivarianas, han aflojado frente a las amenazas, mientras que a escala internacional todo intento de legitimar la intromisión gringa ha sido rechazado. De manera que si unilateralmente se produce la anunciada agresión armada, Washington solo se hundirá en un incierto y duro conflicto.