Estadio Victoria de Girón estaba listo para el juego entre Industriales y Matanzas

Matanzas, Cuba. – A pesar de que el crudo sol golpeaba con fuerza a las 10:00 a.m., a pesar de que el terreno del Victoria de Girón presentaba condiciones para jugar pelota, no se celebró este viernes en la mañana el tercer duelo de la subserie entre los Leones capitalinos y los Cocodrilos yumurinos.

El desafío estaba pactado para las diez de la mañana en el cuartel general de los matanceros, donde el jueves se suspendió el pleito, pues desde temprano diluvió en la Atenas de Cuba. Sin embargo, en la tarde no hubo ni rastros de lluvia, mientras en la noche solo una leve llovizna cayó sobre la ciudad.

Precisamente, la mejoría del tiempo –con un amanecer cálido y soleado el viernes–, sumado al intenso trabajo de los siete responsables de mantenimiento del estadio desde las seis de la mañana, hacían presagiar el desarrollo del referido choque.

Sin embargo, a las 10:00 a.m., ni los árbitros (posta comandada por Blas Guillén), ni el chequeador (Onel Rodríguez), ni el comisario técnico (Reinaldo Costa) estaban ya en el Victoria de Girón. Se marcharon tras dar por suspendido el encuentro entre las 9:35 y las 9:45 a.m., alegando que el terreno no estaría listo a corto plazo y que, como atenuante, la lluvia iba a seguir en territorio yumurino.

Los representantes de la Dirección Nacional de Béisbol (DNB) no pueden tener certeza de cuándo y cuánto va a llover, por lo que a nuestro juicio su decisión fue precipitada y basada solo en la intuición, detalle que no se corresponde con la seriedad que, se supone, debería existir en la ronda élite del clásico doméstico y principal espectáculo deportivo del país.

En el Girón faltó una evaluación exhaustiva del campo de juego, faltó comunicación con los trabajadores de mantenimiento, y faltó una valoración más prudente y minuciosa sobre las posibilidades de jugar, porque al final el sol salió, calentó, y a las 10:40 a.m. el terreno estaba listo para lanzar la primera bola.

El diamante ya no tenía rastros de fango ni acumulación de agua, la zona de caída en el box tampoco presentaba deficiencias, y ya se habían pintado las líneas y los rectángulos en el plato. Sin ningún tipo de problema, a esa hora, los umpires pudieron dar la voz de ¡Play ball!, como hicieron el pasado lunes, cuando se efectuó el pleito suspendido del domingo entre Alazanes y Cocodrilos.

En esa fecha, con peores condiciones del tiempo, ambos equipos esperaron hasta las 11:20 a.m. para comenzar el desafío, y los Alazanes tenían que viajar hasta Pinar del Río. Por ello, ahora es una gran incógnita por qué no se siguió el mismo modus operandi con el match Industriales-Matanzas, valorando, además, que los Azules viajarían hasta La Habana y los yumurinos hasta Pinar.

De este asunto, lo peor es que una multitud quedó esperando por un juego que realmente sí se podía efectuar, pues la lluvia solo volvió a aparecer, muy leve, alrededor del mediodía, y fue por espacio de unos fugaces cinco minutos. Luego salió el sol, otra vez, y al diamante del Girón, a la 1:30 p.m., saltaron los chicos de la categoría Sub-15 para jugar un tope amistoso entre Matanzas y Pinar del Río.

Dicho pleito estaba pactado para el Palmar de Junco justo porque había juego en el Girón, pero tras la precipitada suspensión del encuentro de la Serie Nacional, las autoridades matanceras decidieron moverlo al principal parque de la provincia.

Tomado de Granma