La muerte de Aretha Franklin fue noticia este jueves en El Salvador, donde los admiradores de la Reina del Soul estuvieron pendientes de su inevitable adiós, y la despidieron con lo que mejor pidió: respeto.

Los últimos días de la pasional intérprete tuvieron una cobertura periodística excesiva, aunque más inspirada en la grandeza de quien estaba por partir, que por las ganas de contar una mala noticia, por mucho que repercuta.

Finalmente, Franklin falleció tras una larga batalla contra el cáncer, que se la llevó con 76 años de edad y una figura distante de la bella robustez de big mama sureña, de mujer fuerte y capaz, que exigía, merecía y recibía respeto.

Entre los pasajes más emblemáticos en la historia del rock and roll quedará su potente voz deletreando RESPECT en el clásico homónimo que compuso el gran Otis Redding, pero que ella hizo suyo y cantó como nadie.