Momentos relevantes en la vida de Martí se atesoran en las tres salas del Museo. De forma cronológica se presentan objetos que tuvieron estrecha relación con el Apóstol. De su niñez y adolescencia se encuentran retratos, documentos, obras y prendas personales no solo del Maestro, sino también de personas que, como  él, fueron condenados y  castigados por rebelarse contra España.

Una de las piezas exhibidas que más aflicción produce en el visitante es la fotografía y dedicatoria a la madre de ese joven de 17 años, víctima del presidio político. La convicción que encierran esas palabras refleja al hombre que en años posteriores organizaría la lucha independentista en Cuba.

En otra sala se expone lo relacionado con la peregrinación realizada por América, el crecimiento en este período del Apóstol como escritor, pedagogo, orador y, sobre todo, como hombre americano.

 

 

De su labor organizativa en los Estados Unidos se exhiben varios documentos a partir de los cuales se ilustra no solo su ascenso como líder de la independencia, sino también el progreso en su relación con importantes personalidades de nuestra historia como Calixto García, Máximo Gómez y Antonio Maceo.

Esta sala cuenta además con varios documentos de incalculable valor para la conformación de nuestra historia. Entre ellos están la portada del periódico “Patria” y los “Estatutos del Partido Revolucionario Cubano”, organización fundada por Martí para la preparación de la Guerra Necesaria.

Es este Museo un lugar de respeto hacia los principios e ideas martianas. Es un espacio en el que se ampara, con celo, fragmentos decisivos de la historia de Cuba y de Martí, como pilar de nuestra nación. La estatua del Apóstol, ubicada en los jardines que antaño fueran las canteras, despide al visitante a la vez que rememora a un hombre que encierra en sí la dignidad humana.

Marcha de las antorchas y la generación del Centenario

La Marcha de las Antorchas se realizó por primera vez en la medianoche del 27de enero de 1953como una de las actividades por el Centenario del natalicio de José Martí.

El especialista principal de la Fragua Martiana, Carlos Manuel Marchante, expresó a Radio Reloj que esa iniciativa surge en medio de una situación compleja con el Gobierno de Fulgencio Batista, pues la dictadura se caracterizó en esos momentos por utilizar la figura de Martí para hacer política e intentar limpiar su imagen.

También mencionó que con ese fin el Ejecutivo creó una comisión del Centenario y recaudó fondos, saqueando hasta las clases más pobres de la sociedad.

El programa gubernamental para conmemorar los cien años del natalicio del Apóstol era netamente oficial, no eran actividades revolucionarias, ni populares. Marchante explicó que en desacuerdo con las pretensiones turbias de la dictadura batistiana, la FEU de la Universidad de La Habana diseñó un plan, el cual incluyó la Marcha de las Antorchas.

La luz de la juventud en el camino del maestro

El también profesor auxiliar de Historia de la Universidad de La Habana, Carlos Manuel Marchante, afirmó que la Marcha de las Antorchas tuvo como objetivo conmemorar el centenario de Martí.

Ese 27 de enero de 1953 devino fiesta nacional, donde el pueblo exaltó la figura de nuestro Apóstol.

Aseguró el historiador que en el proceso de organización de ese proyecto se comenzó a aglutinar recursos para confeccionar las antorchas, a las cuales se les adicionó un clavo para defenderse de la posible agresión policial.

Para rendir tributo cada año a nuestro Héroe Nacional, la Fragua Martiana es el sitio histórico adonde los jóvenes llevan la luz del Maestro, en un sentido recorrido que comienza en la escalinata de la Universidad de La Habana.

(Por Evelyn Fernández, Nelson Rodríguez Crespo, Yaima Concepción y Tania Cruz Remón)