Holguín, Cuba.- Tras las apasionadas escenas de Lucía, rodadas en Gibara, Humberto Solás volvió en sueños muchas veces a la Villa Blanca holguinera, hasta que Miel para Oshún lo llevó de nuevo a un plató en sus plazas y calles.

Según constata el actor Jorge Perugorría, de ese reencuentro nació el Festival de Gibara, inaugurado el 21 de abril de 2003 con una fiesta apoteósica, que ni Federico Fellini hubiera imaginado, tal cual reseñó al día siguiente Cinepobre Hoy, el diario del Festival.

Desde entonces, los gibareños son testigos del portento multiplicador de panes y peces del cine cubano, al proclamarlos protagonistas de una de las obras más aplaudidas de manos de Solás y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos.

Por más de 3 lustros, Gibara y su gente son el proyecto sociocultural más vigoroso del audiovisual, Isla adentro.