La impresión de la misma constituye un acierto no solo por su calidad en el diseño y la composición, sino también en la propia elección de la portada

Cuando leemos el libro Los secretos de Victoria, del laureado escritor pinareño Juan Ramón de la Portilla, es como si nos introdujéramos en un mundo enigmático, desconocido, recóndito, disfrazado, pero real a fin de cuentas.

En esta obra nos adentramos en un viaje entre el pasado y el presente, donde la joven protagonista emigró del país en el convulso momento vinculado al éxodo por el Mariel y ahora vacaciona en un lugar que ya no considera su patria, reconstruyendo aspectos que marcaron su niñez y la de su familia.

La recurrencia del que se pudiera considerar personaje negativo por excelencia – que responde al apodo de Payaso – es parte del enigma. El escenario donde transcurre la historia es como un pequeño circo, donde las felonías del que debiera “hacer reír a los niños”, no son peores que la de los otros personajes con sus mezquindades, ambiciones y doble moral.

La voz narrativa siempre deja una cuota de misterio para replantearnos conceptos, comprender que la verdad no es absoluta y que la esencia estriba en tratar a los demás – y ser tratados- como complejos seres humanos que somos.

Esta obra fue concebida por la Editorial Oriente, en Santiago de Cuba durante el 2011. La impresión de la misma constituye un acierto no solo por su calidad en el diseño y la composición, sino también en la propia elección de la portada, que nos vislumbra la belleza de la juventud anticipándonos lo que encontraremos posteriormente.

Tal vez sea este el éxito principal de Juan Ramón de la Portilla, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en su natal Pinar del Río, lo que combinado a la difusión entre los lectores – en boca de los personajes – de éxitos de la cultura nacional e internacional, provoca que nos quedemos expectantes a sus próximas propuestas editoriales.